1. Extendido sería capaz de dar dos vueltas y media a la Tierra
El sistema circulatorio está compuesto por una cantidad impresionante de vasos sanguíneos, arterias y capilares. Si las tomáramos todas y las ordenáramos una tras otras,
obtendríamos una fila de 100 mil kilómetros.
2. Los glóbulos rojos deben ajustarse para pasar por los vasos sanguíneos
Los vasos sanguíneos son realmente estrechos, con un diámetro de 8 micrones, similar al de un cabello humano. Para que nuestros glóbulos rojos puedan pasar a través de ellos,
estos deben formar una fila e ir uno por uno, ya que apenas caben por los capilares por tener un diámetro similar. Existen vasos sanguíneos todavía más pequeños y,
en esos casos, los glóbulos rojos se comprimen al máximo para poder circular.
3. A mayor tamaño, menor ritmo cardíaco
Lo lógico sería pensar que los animales más grandes, tendrían también un ritmo cardíaco más elevado, pero el sistema circulatorio funciona al revés.
Una ballena azul tiene un ritmo cardíaco promedio de 5 latidos por minutos, mientras que el de una musaraña es de mil latidos por minutos.
Los seres humanos, tenemos un ritmo cardíaco de 75 latidos por minuto en promedio, cuando estamos en reposo. Al hacer actividad física, este sube.
4. El corazón sigue latiendo fuera del cuerpo
Si le sacas el corazón del cuerpo a una persona, este no se detiene de inmediato, sino que sigue latiendo fuera del organismo, aunque no esté conectado al sistema circulatorio.
Esto se debe a que el corazón genera sus propios impulsos eléctricos, que desencadenan los latidos, los que continuarán mientras el corazón aún tenga oxígeno.
5. Los glóbulos rojos son realmente especiales
Los glóbulos rojos que se encargan de transportar el oxigeno, son carentes de núcleo, por lo que no se sintetizan o dividen.
La vida de un glóbulo rojo es de 120 días. Pasado ese periodo, éstos mueren, pero no nos afecta, ya que la medula produce nuevos de forma continua.
6. El corazón roto no es solo una metáfora
Cuando se sufre por amor, se suele decir que la persona tiene el corazón roto. Parece una metáfora, pero dicha emoción fuerte, puede dañar el corazón provocando dolores,
debilitamiento e incluso un paro cardíaco. Los médicos, han acuñado el termino síndrome del corazón roto para este fenómeno, que se suele producir en quienes pasan por
una separación física, divorcio o quedan viudos.
7. La sangre humana puede tener diferentes colores
Cuando hablamos de sangre, el color rojo se nos viene a la mente y, en el caso de la realeza, se habla de sangre azul.
Lo cierto es que la sangre puede adoptar otro tipo de tonalidades, según la concentración de oxígeno en ella. Nuestras venas pueden parecer azules,
pero nuestra sangre nunca lo es.
8. La vida en el espacio exterior afecta nuestro sistema circulatorio
El pasar un tiempo en órbita, ya sea en un transbordador o en la Estación Espacial Internacional, produce efectos en el sistema circulatorio provocados por la falta de gravedad.
El fluido sanguíneo se concentra en el pecho y cabeza, y el corazón debe agrandarse para trabajar extra. Si bien la cantidad de sangre en el cuerpo no cambia,
nuestro organismo lo interpreta como si tuviésemos un exceso de fluidos y reacciona reduciendo la circulación sanguínea.
Eso sí, las cosas vuelven a la normalidad al regresar a la Tierra y, antes de viajar al espacio, los astronautas se someten
a una serie de pruebas médicas para asegurarse de que el corazón resistirá a las exigencias de las misiones espaciales.
9. En Alemania del siglo XVIII, la sangre menstrual de las mujeres se añadía como afrodisíaco en comidas y bebidas
10. El corazón de un ser humano hace la presión suficiente como para enviar la sangre a más de 10 metros.
11. Haría falta que 1.2 millones de mosquitos nos picaran simultáneamente para que nos vacíen el sistema circulatorio.
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